Yo creo que Bert Hellinger, el creador de las Constelaciones Familiares, esbozaría una leve sonrisa, parecida a la del famoso cuadro de la Mona Lisa, si hubiera visto uno de los capítulos de “Mi otra yo” en Netflix.
A juzgar por las pocas veces que me tocó la bendición de verlo, personalmente, pero las muchas que lo vi en sus videos, no emitiría ninguna opinión al respecto.
Eso formaba parte de su manera magistral de trabajar. Dejaba muchas de las respuestas en el aire.
Puntos positivos y reales
Uno de los grandes puntos a favor de la serie, es divulgar el concepto de las Constelaciones Familiares, aunque solo sea parcialmente.
La inclusión de los ancestros en conflictos actuales, y la manera en que eventos trágicos de generaciones anteriores le afectan a cada uno de nosotros, es quizás su aporte más importante.
Otro punto esencial, muy bien elaborado, es poner en tela de juicio la reticencia y escepticismo de la colectividad científica. Algo que se está dando en todas partes.
No se investiga, pero se opina, sin mas conocimiento que: “porque no se ajusta a la metodología científica” , cuya efectividad, por otro lado ya había sido puesta en duda hace casi un siglo, por el filósofo alemán Edmund Husserl (padre de la así llamada fenomenología) de manera categórica.
Aspectos fantásticos y poco convincentes
Sin embargo hay aspectos de la serie con pinceladas a lo Hollywood (o la fábrica de sueños).
En primer lugar está el “camino” para llegar a ser Constelador.
La persona que crea, que, simplemente observando al maestro puede llegar a ser constelador, puede llevarse sorpresas muy desagradables a la hora de la verdad.
Para ser constelador hay que haber aprendido técnicas y conocimientos de muchos otros maestros de la psicoterapia y otras ramas de la ciencia, tales como la teoría general de sistemas, los guiones de vida de Steiner, el trance hipnótico de Erickson, los juegos de Berne, y muchos, muchos otros más. Amén de haber hecho su propia constelacion varias veces y de haber transitado un camino de autoconocimiento con ayuda de otros representantes de las diversas corrientes psicológicas.
La responsabilidad de los que llevan a cabo sesiones sin haber transitado ese camino, es grande y en casos de patologías serias puede suponer un riesgo alto para la salud mental del paciente.
El respeto al origen
Un aspecto que yo considero sumamente preocupante, es la poca referencia que se hace a las constelaciones familaires, directamente. A Bert Hellinger se le menciona muy de pasadas en el penúltimo episodio y nunca se menciona el nombre original de su metodología, o sea “constelaciones familiares.”
Es grave, considerando que uno de los argumentos fundamentales de su creador es honrar el origen. Honrar a papa y mama, como origen de la vida, honrar a los ancestros y darles el lugar que corresponde, honrar aquello que estuvo antes que nosotros, etc.
El error que se comete al omitir ese dato fundamental es DEBILITAR, la existencia y credibilidad mismas de la serie, cuyo éxito se debe en gran parte y justamente a la existencia de las CONSTELACIONES FAMILIARES.